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Tus lentes de sol protegen tus ojos, pero ¿los proteges tú? No tirarías tu teléfono boca abajo al pavimento ni guardarías tus tenis favoritas en un pantano (pero si huelen a pantano, mejor no las metas), así que ¿por qué tratar tus lentes de sol de forma diferente?
El cuidado adecuado no solo consiste en mantenerlos sin manchas y con estilo, sino que también prolonga su vida útil, evita que los lentes se rayen y se vean tristes, y garantiza que sigan bloqueando esos rayos dañinos como los campeones que son.
En esta guía, desglosamos la santísima trinidad de la limpieza de lentes de sol: limpieza, almacenamiento y mantenimiento. Desde la forma correcta de limpiar esas manchas misteriosas (spoiler: tu camisa no es la mejor opción) hasta las mejores maneras de guardarlas para que no acaben hechas un desastre en el fondo de tu bolso: tenemos los consejos de limpieza que necesitas para mantener tus lentes de sol en óptimas condiciones.
¡Cuando tus lentes de sol se desgastan, se desgastan! Bloquean los rayos UV, te hacen lucir genial y protegen tus ojos de insectos molestos. Pero si las limpias con tu camiseta y las rocías con Windex, estás acortando su vida útil y su capacidad de durar toda la vida. Analicemos qué hacer y qué no hacer para una limpieza adecuada de tus lentes:
Antes de que empieces a hacer tus propias modificaciones de lentes, hablemos de lo que no debes hacer:
Evite usar toallas de papel, pañuelos desechables o ropa. Parecen suaves, pero en realidad son pequeñas fábricas de lija listas para rayar sus lentes hasta el olvido.
Dile no a los productos químicos agresivos como Windex o limpiadores a base de alcohol. Estos pueden eliminar recubrimientos especiales como el antirreflejo y la protección UV. (Y no, eso no significa más radiación UV para tus ojos, ¡sino que significa lentes dañados!)
No enjuague con agua caliente. El calor extremo puede dañar los revestimientos y deformar los marcos. El agua tibia es la mejor opción.
Ahora que ya sabes lo que no debes hacer, aquí te mostramos cómo mantener tus lentes de sol impecables de la manera correcta:
Enjuaga con agua tibia. Esto ayuda a eliminar el polvo y los residuos antes de frotar. Así evitarás que se formen pequeñas grumos de barro en tus lentes.
Usa una gotita de jabón lavavajillas suave. Nada sofisticado, solo un jabón suave y no abrasivo para eliminar la grasa y la suciedad.
Frote suavemente los lentes y la montura con las yemas de los dedos. Sin esponjas ni frotar, solo sus suaves y cariñosas manos limpiando los lentes.
Seque con un paño de microfibra . Este paño mágico (tan mágico) evita las rayas y los rayones, dejando sus persianas impecables y claras.
A veces, no tienes acceso a jabón no abrasivo, agua ni un paño de microfibra (porque, ya sabes, la vida y esas cosas). Aquí te explicamos cómo mantener tus lentes limpios en caso de urgencia:
Ten a mano un paño de microfibra. ¡Guarda uno en tu coche, bolso o bolsillo para emergencias!
Use aerosoles de limpieza seguros para lentes. Están especialmente formulados para limpiar sin dañar los recubrimientos. Son perfectos para cuando sus gafas necesitan una limpieza rápida y son ideales para llevar.
Evita usar tu aliento y tu camisa para limpiar los lentes. Sabemos que es tentador, pero a menos que quieras pulir tus lentes con pequeños rayones y restos de grasa de taco, simplemente no lo hagas.
Sigue estos consejos y tus lentes de sol lucirán más frescas, claras y sin rayones, tal como recién sacadas de su caja, incluso si las tienes desde hace años.
No tirarías tu teléfono al fondo de tu bolso sin una funda adecuada, así que ¿por qué hacerle eso a tus lentes de sol? Cuando no las tengas puestas y te hagan ver como una leyenda, guárdalas siempre en una funda protectora. Las fundas rígidas para lentes de sol son la mejor defensa contra aplastamientos accidentales (¡D.E.P. todas las lentes aplastadas en un trágico accidente!), pero una funda blanda es ideal para evitar rayones.
Mantener tus lentes de sol seguras cuando no las tienes puestas es la forma más fácil de asegurarte de que duren más que tu último pasatiempo (tejer, claro).
¿Otra estrategia profesional? Mantén tus lentes de sol alejadas del calor extremo. Dejarlas en el salpicadero del coche al sol es una receta para que se deformen los marcos y se derritan los revestimientos, lo cual no es precisamente lo que buscas. Y al dejarlas, colócalas siempre con el lente hacia arriba para evitar rayones innecesarios. Porque nadie quiere ver a través de un montón de pequeñas marcas de roce cuando intenta verse elegante.
Oye, nos encanta quitarnos los lentes de sol de forma tan drástica como a cualquiera, pero si te las quitas con una mano como en una película de acción a cámara lenta, en realidad las estás estirando. Usa ambas manos para evitar que las patillas se aflojen con el tiempo. ¿Y si eres culpable de subirlas a la cabeza? ¡Para! (Decimos con dolor porque también nos encanta ese look). Eso es un billete de ida a unos lentes estiradas y torcidas que se deslizan por la nariz en el peor momento. ¡Menudo momento para no ser visto en la cámara!
El sudor, el agua salada y el protector solar son básicamente los peores enemigos de tus lentes de sol (junto con los rayos UV y las salpicaduras, claro). Enjuágalas con agua dulce después de la exposición para evitar que la acumulación dañe los recubrimientos y deje las lentes con un aspecto grasiento y caliente. Con estos pequeños pasos, tus lentes de sol se mantendrán impecables, para que puedas seguir luciendo elegante y verte a ti mismo haciéndolo.
A nadie le gusta admitir que es hora de dejarlas, pero si tus lentes parecen haber perdido una batalla con un rallador de queso o los recubrimientos se están descascarando como una quemadura de sol, quizás sea hora de cambiarlas. Bisagras sueltas, rayones profundos y plaquetas nasales desgastadas son señales de que tus lentes de sol han tenido mejores días. Y aunque admiramos tu dedicación para mantenerlas con vida, llega un momento en que te hacen más daño que protegerte del sol.
Dicho esto, algunas pequeñas reparaciones pueden prolongar su vida útil. Si tus monturas están ligeramente dobladas, un ajuste suave puede hacer maravillas. Puedes invertir en un kit de reparación de gafas como repuesto cuando necesites una pequeña ayuda para esos tornillos sueltos y monturas dobladas. Pero si ya no son tan buenas y te encuentras entrecerrando los ojos a través de una lente rayada más que viendo a través de ella, quizás sea hora de regalarte unas nuevas. No te preocupes, no te juzgaremos si usas esto como excusa para añadir otro color a tu colección. Además, tenemos mucho que ofrecerte para reemplazar tus lentes de sol ahora viejas (que se han ido, pero que nunca se olvidan).
Cuidar tus lentes de sol no debería ser complicado, solo se trata de unos sencillos hábitos que las mantienen brillantes y funcionando como las auténticas estrellas que son. Límpialas correctamente (sin secarlas con la camiseta, por favor y gracias), guárdalas de forma segura (porque los lentes aplastadas son un desastre) y trátalas con un poco de respeto (es decir, deja de estirarlas sobre tu cabeza cuando te dé un momento de viento). Ya sea que las uses por estilo, por deporte o simplemente para evitar el contacto visual con desconocidos, estos pequeños pasos las mantendrán en perfecto estado a largo plazo.
Ya sabes cómo prolongar la vida útil de tus lentes de sol, así que es hora de renovarlas y darles el cariño que merecen. En serio, un poco de mantenimiento ayuda mucho a que tus lentes favoritas se vean impecables y duren en todas esas fiestas. Y cuanto mejor las cuides, menos veces tendrás que pasar por la angustia de despedirte de ellas demasiado pronto.
Por eso, trate bien sus lentes de sol y le permitirán lucir bien, ver con claridad y evitar entrecerrar los ojos innecesariamente durante muchos años.
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